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SAN MARTIN DE FRÓMISTA

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Nos encontramos ante una iglesia de planta basilical, de tres naves, en la que la central es más alta que las laterales, sin ventanas en los laterales. Inserta en la planta basilical, encontramos una planta de cruz latina marcado por la mayor altura de la nave central y el transepto. El crucero se recubre en su parte exterior por un cimborrio de planta octogonal con cuatro vanos rematados por arcos de medio punto.

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La portada principal aparece enmarcada por dos contrafuertes. La portada carece de decoración escultórica contando con un sencillo voladizo. La fachada principal aparece enmarcada por dos torres semicirculares, con vanos.

 

Los muros son lisos y uniformes, rotos sólo por las portadas laterales que sobresalen ligeramente y por los contrafuertes del transepto. Se ven recorridas por filas de taqueado jaqués, uno a la altura del arranque de los arcos de las portadas y la otra a la altura del arranque de los arcos de las escasas ventanas.

 

Las tres naves se rematan en ábsides semicirculares siendo, el de la nave central, de mayores proporciones.

 

Las naves, en el interior están separadas por arcos formeros que se apoyan sobre pilares con columnas adosadas. Los pilares que sustentan al crucero son de mayor tamaño y sobre ellos apoyan cuatro trompas que sujetan la cúpula semiesférica. Las naves aparecen recubiertas con bóvedas de medio cañón, reforzadas con arcos fajones en cada tramo. Carece de girola y de tribuna, pues es una iglesia de reducidas dimensiones.

 

Los capiteles de las columnas adosadas a los pilares, presentan una variada decoración ya que junto a la decoración irregular y geométrica encontramos también escenas del evangelio.

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Sara Fernández Faraldo

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