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FRISO IGLESIA DE MOARVES DE OJEDA

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Se trata del pórtico de la iglesia de San Juan, de Moarves de Ojeda. Una localidad al norte de Palencia.                                                                                                                                                                          

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De su iglesia, del Románico tardío, destaca la entrada que se dispone a un lateral, y se encuentra custodiada por una portada que supone uno de los más importantes restos románicos de la provincia de Palencia. La puerta se abre mediante arcos de medio punto, característico del Románico. Posee tres filas de arquivoltas separadas entre sí por un tipo de decoración llamado “taqueado jaqués” que consiste en alternar trozos salientes de piedra con otros que se hunden. Piedra que en esta zona se caracteriza por su color rojizo, no obstante no deja de ser caliza. Coincidiendo con las arquivoltas se encuentran las jambas a los laterales de la puerta, se trata de columnas que no tienen función sustentante, pero sí capitel decorado con motivos vegetales. En los estilos artísticos posteriores estos elementos arquitectónicos  cobrarían  mayor importancia.

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En la parte superior de la portada, como elemento más importante está un friso enmarcado en un rectángulo alargado. En el centro se ubica la imagen de Cristo, sentado como un Pantócrator, descalzo, con los evangelios en su mano izquierda y su mano derecha en posición de bendecir, y es la figura de mayor tamaño ya que es el centro de la religión, por ende que los fieles accedan al interior bajo su figura. Se enmarca dentro de una mandorla elíptica decorada con motivos geométricos. A su alrededor hay cuatro esculturas que representan a los cuatro evangelistas, el toro, el león, el águila, y el ángel. A cada lado del Pantócrator se hallan seis esculturas, que sumadas hacen doce, simbolizando a los doce apóstoles que se reunieron por última vez con Jesús y se encargaron de predicar el cristianismo. Cada uno aparece separado por columnas entre sí, rematada cada una por  un capitel inspirado en figuras vegetales, y un ábaco. Cada capitel está conectado con el contiguo mediante arcos lobulados.  Cada columna coincide con un modillón en su parte superior que sostiene una amplia cornisa. En este caso podríamos hablar de isocefalia , ya que todas las cabezas se encuentran prácticamente a la misma altura.

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Como características generales, señalar que nos encontramos ante una escultura subordinada a la arquitectura, es decir, que las figuras se adaptan al marco arquitectónico en el que se tallan pudiendo quedar desproporcionadas. Su función es la enseñanza de la doctrina cristiana, y por ello la escultura no busca la belleza o la perfección sino la sencillez, como por ejemplo en que las figuras sean sencillas, como podemos observar que las figuras no muestran una gran complejidad en su expresión y en los pliegues de su ropa para que la gente aprenda mediante  escenas sencillas, algo que en los siglos X, XI, XII, se consideraba muy importante. La escultura se concentra esencialmente en las portadas y en los capiteles como hemos podido observar en esta iglesia, se aprovecha todo el espacio para esculpir, de ahí el llamado “horror al vacío”

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